Máquina para tisú Crescent Former
Los modernos procesos de fabricación ponen un gran énfasis en las velocidades operativas de las máquinas para tisú, Crescent Former de Recard se ha diseñado para optimizar la velocidad operativa real, alcanzando rendimientos de hasta 2.200 metros/minuto.
Dinámica y técnica
Con TM Crescent Former, Recard garantiza los máximos niveles de prestación gracias a las innovaciones tecnológicas disponibles hoy en el mercado, a las continua mejoras introducidas en cada equipo y a su experiencia en el sector del tisú obtenida en más de 50 años.
I vantaggi di Máquina para tisú Crescent Former
Flexible
La ausencia del pick-up y la presencia del fieltro de formación aseguran una mayor suavidad del papel. La ausencia del pick-up permite la producción de tisú muy ligero (hasta 10gsm en tela)
Versátil
Crescent Former de Recard puede operar tanto los regímenes bajos (400-500 metros/minuto) como a velocidad alta (1800-2000 metros/minuto). Nuestros equipos pueden producir papel de elevada calidad a todas las velocidades operativas
Conveniente
La sencillez de Crescent Former de Recard garantiza tiempos y costes de mantenimiento reducidos
Funcional
Las reducidas dimensiones de Crescent Former comportan un menor espacio para su instalación
Económica
Gracias a la ausencia de la tela de transporte Crescent Former de Recard garantiza un coste operativo inferior respecto al Twin Wire
Sencilla
En nuestros equipos Crescent Former la ausencia de colas en la pasta reduce los problemas operativos
Fácil
Nuestros equipos Crescent Former garantizan la máxima facilidad para pasar de un gramaje a otro
Ecosostenible
Nuestra atención al medio ambiente garantiza una mínima dispersión de los fines para nuestros equipos
Tecnología y artesanía
TM Crescent Former es el resultado de la evolución tecnológica unida a las mejoras aportadas a cuatro máquinas que se han sucedido a partir de los años sesenta (Mesa plana - Plain Wire; Tela inclinada - Sloped Wire; Doble tela C-Former; Doble tela S-Former). El primer Crescent Former fue inventado en los años sesenta por la multinacional Kimberly Clark, que tuvo en su poder la patente hasta los años Noventa.
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